Pennisetum setaceum: una especie invasora muy peligrosa para el sureste ibérico

Las invasiones biológicas: marco legal, gestión e investigación

Las invasiones biológicas, junto con la destrucción y fragmentación de hábitats, representan en la actualidad uno de los principales factores determinantes de la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos. El impacto de las especies invasoras no queda solo ahí, su introducción afecta directamente al bienestar humano, ya que provocan graves perjuicios a la economía, especialmente a la producción agrícola, ganadera y forestal, e incluso a la salud pública. Considerando la importancia de las invasiones biológicas (intercambios bióticos) como impulsor de cambio global, es una buena noticia que el pasado 11 de noviembre, el gobierno aprobara el Catálogo español de Especies Invasoras. Junto con las normativas relativas al cambio climático, esto demuestra que el cambio global, ya no sólo es una cuestión de los científicos, sino que ya está presente en la sociedad a través de la legislación.

La nueva norma pretende regular el procedimiento y criterios para la inclusión de especies exóticas invasoras en el listado y catálogo, así como establecer las medidas de actuación necesarias para prevenir su introducción en el medio natural español y para su control y posible erradicación. Además, debe tener efectos de sensibilización social ante el problema de las invasiones biológicas, y servir de guía orientativa en la implantación de buenas prácticas de conservación. Entre ellas destaca su erradicación prioritaria en espacios naturales y zonas de especial conservación.

En relación con el desafío de gestionar los ecosistemas para minimizar el impacto de las invasiones biológicas, en el proyecto GLOCHARID nos planteamos encontrar respuesta a las siguientes preguntas ¿Cuál es el potencial invasor de las especiesexóticas presentes en los ecosistemas áridos de Andalucía?¿Qué actividades o componentes del cambio global facilitan las invasiones vegetales en dichos ecosistemas?¿Cuáles son los hábitats más vulnerables a la invasión?. Encontrar la respuesta a estas preguntas nos está permitiendo conocer la situación actual de las invasiones en las zonas áridas de Andalucía, detectar las principales actividades que facilitan las invasiones en el área de estudio, y proponer indicadores de seguimiento de las invasoras.

Pennisetum setaceum en el sureste ibérico

Uno de nuestros resultados ha sido el de constatar la presencia de Pennisetum setaceum (también llamado plumero, rabogato o pasto de elefante) una planta realmente peligrosa, y de la que pensamos aún estamos a tiempo de hacer esfuerzos en su erradicación. Esta especie, introducida habitualmente como ornamental, ha demostrado ser una de las de mayor potencial invasor a nivel mundial. Sin embargo, hasta ahora, la descoordinación entre administraciones, y entre los científicos y los gestores de diversas administraciones ha hecho que su introducción en jardines públicos sea una realidad. Su llegada a nuestro territorio es muy reciente, probablemente en la década de los 90, y ahora estamos comprobando su presencia naturalizada en diversas localidades de los ecosistemas áridos andaluces, a los que por supuesto, ha llegado procedente de ajardinamientos de los que literalmente "se ha escapado". Para alertar a las autoridades de la dimensión que está alcanzando la expansión de esta especie en lugares de alto valor ecológico, como el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, o el Paraje Natural del Desierto de Tabernas, hemos realizado el informe que presentamos en este post. Aún estamos lejos de conocer en detalle todas las poblaciones de esta especie, sin embargo, sus tasas de invasión y su rápida proliferación por diversos lugares de la Península Ibérica, así como el conocimiento derivado de su peligrosidad en otras zonas del planeta, nos han inducido a la presentación de estos resultados parciales.

En nuestra opinión aún se está a tiempo de frenar una invasión a gran escala y con repercusiones graves y probablemente irreversibles para nuestros ecosistemas, por lo que sugerimos una serie de acciones de gestión para su control y erradicación. Dichas acciones incluyen medidas preventivas relativa a la prohibición de su uso de esta especie como ornamental (algo que ahora está contemplado en el catálogo nacional), especialmente en zonas costeras, y la eliminación mediante arranque manual o herbicidas (en el caso de grandes extensiones) de las poblaciones ya existentes. Consideramos imprescindible la puesta en marcha de estas medidas para asegurar la conservación de los ecosistemas naturales, sobre todo si tenemos en cuenta que, en la provincia de Almería, la especie se encuentra aún en una fase de colonización inicial. Por el contrario, de no realizar ninguna actuación al respecto, las consecuencias podrían ser muy graves para nuestros ecosistemas áridos y semiáridos.

La lucha contra las invasiones biológicas: un compromiso de la sociedad

El compromiso de la sociedad para el control de estas especies debe ser unánime. Un reto al que nos enfrentamos al hablar de invasiones biológicas es que las medidas de gestión que se deben adoptar, deben estar respaldadas por la colaboración entre las distintas Administraciones públicas y otros organismos competentes. Además, es imprescindible el compromiso de los ciudadanos, para lo que algunos científicos como por ejemplo, Vernon Heywood y Sarah Brunel, han elaborado un código de conducta que recoge las siguientes acciones básicas como base para el control de las invasiones:

  1. Conocer las especies invasoras de la zona.
  2. Conocer exactamente lo que se cultiva: asegurándose de que el material introducido está correctamente identificado.
  3. Conocer las regulaciones relativas a plantas invasoras alóctonas.
  4. Trabajar en cooperación con otros agentes implicados, tanto en el sector comercial, como en el de protección y conservación de la flora.
  5. Identificar qué especies constituyen una amenaza y no almacenarlas ni ofrecerlas al público.
  6. Evitar el uso de plantas invasoras o potencialmente invasoras en las plantaciones públicas a gran escala.
  7. Adoptar buenas prácticas de etiquetado.
  8. Ofrecer plantas que sustituyan a las invasoras.
  9. Tener precaución al deshacerse de los restos de estas plantas y su stock de otros residuos que incluyan estas plantas.
  10. Adoptar buenas prácticas de producción para evitar introducciones y propagaciones no intencionadas.
  11. Participar en actividades publicitarias y de difusión.
  12. Pensar en el aumento de riesgos derivados de las invasiones de plantas alóctonas debido al cambio climático.
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